TENTACION / PREVENIRLA
Ulises hace una nueva singladura y llega frente a la isla de las sirenas. Manda a la tripulación que se tapen los oídos y ordena que a él le aten fuertemente a un mástil y no le suelten. Las sirenas comienzan sus cantos tentadores. La voluntad de Ulises flaquea. «¡Soltarme!», grita. Pero los compañeros, fieles a la consigna, no le hacen caso. Pretende romper las amarras, amenaza, vocifera. La nave continúa su rumbo; el eco de los cantos se va perdiendo…
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