SALVACION / CON NUESTRA COLABORACION
Un reo que iba a ser ejecutado fue presentado al rey; la reina intercedía por él, pero la ley fijaba que, si no pagaba la cantidad señalada para su rescate, no había absolución posible. El rey dio de su tesoro la mitad del precio estipulado, la reina una cantidad inferior, y los magistrados de la población añadieron cuanto pudieron, pero… faltaban tan sólo tres talentos. La sentencia iba a ejecutarse cuando se sugirió la idea de que tal vez el reo tenía alguno; se le registró y viose tenía justamente las tres monedas que faltaban. En consecuencia quedó libre.
Para alcanzar la salvación no basta la infinita misericordia de Dios ni la intercesión de la santísima Virgen y de los santos; hace falta nuestra cooperación, aunque sea tan poca cosa como los tres talentos.