
ROGAR Y CANTAR A MARIA
GEMA DE PUDOR
María, fidelisima guardiana de su propio pudor, como tórtola huía,
y en la soledad del corazón vivía como en pequeño nido de candor.
Guiaba sus pensamientos con santa meditación, hacia la posesión
de consumada virtud
y hacia los frutos de contemplación.
Así la dulcísima María era amiga del sosiego,
gustaba el permanecer en casa en vez de salir a la calle.
La muy humilde María odiaba los tumultos,
huía de las aglomeraciones para no sufrir detrimento
ni en su alma ni en su buen nombre.
Gema de pudor, concédenos vivir así.
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