
ROGAR Y CANTAR A MARIA
María prefigurada
Ave Reina celestial,
Admirablemente constituida emperatriz por la Triple Majestad Divina.
El Rey de los ángeles y de los santos,
atraído e impresionado
por el perfume de tus virtudes, descendió dentro de ti.
Tú, alabanza de Padres y Profetas, tú, de muchas Escrituras
brillante comentario,
y embrujo de los corazones a causa de tu dulzura.
Puerta cerrada, jamás abierta, atravesada y siempre clausura, te describió Ezequiel como te vio.
La zarza en llamas sin consumirse, que fue admiración del profeta, te cantó casta y parturienta.
Son figuras tuyas
la vara seca aunque florecida, el vellocino de Gedeón bañado en celestial rociada.
Por ti, Ester, a Mardoqueo el justo judío salva el rey, y ejecuta a Amán el reo
a causa de su delito.
Con la espada de Judit abates la soberbia de Holofernes, que amenaza la ruina de Judá.
Por el supremo Rey coronada, Madre clemente, dulce y cara, sé nuestra Abogada Virgen pía.
Bendigamos y alabemos a Jesús, que a su Madre María bendijo en Dios por la eternidad.