PORNOGRAFIA / CONSECUENCIAS
Estamos en el infierno. Llegan dos pecadores. Uno fue asesino; el otro, escritor de novelas pornográficas. Recibieron dos castigos diferentes: fuego intenso y rápido para el asesino; fuego lento por toda la eternidad para el escritor.
Temblando, el escritor había preguntado:
– ¿Por qué esta discriminación? Yo no he robado, ni matado a nadie, y se me castiga peor que a este asesino.
– ¡Desdichado! se le había contestado, ¿Cómo te atreves a quejarte? los pecados de este asesino no son nada en comparación con los tuyos; él sólo mató a seis personas; en cambio, tú … desde que escribiste tus libros pornográficos, miles de hombres y de mujeres se han vuelto groseros, ladrones, asesinos, degenerados, drogadictos y ateos; y muchos miles más siguen y seguirán perdiéndose y condenándose hasta el fin del mundo.
«Daré a cada quien según sus obras» (Ap 2,23; Mt 13,41ss; Lc 17,2).