PENA DE DAÑO II PARTE
Será inmensa en segundo lugar, por los remordimientos de su conciencia… Sin embargo, tan arrepentimiento y lamentaciones serán inútiles, pues provendrán no del odio de la maldad, sino del dolor del castigo.
En tercer lugar por la enormidad de la pena sensible, la del fuego del infierno, que atormentará alma y cuerpo. Es este momento del fuego, el más atroz, al decir de los. santos. Se encontrarán como quien se esta muriendo siempre y nunca muere, ni ha de morir; por eso se le llama a esta situación muerte eterna, porque como el moribundo se halla en el filo de la agonía, así estarán los condenados.
.En cuarto lugar, por no tener esperanza alguna de salvación. Si se les diera alguna esperanza de verse libres de sus tormentos, su pena mitigaría, pero perdida aquella por completo, su estado se torna insoportable. (Santo Tomás, Sobre el Credo, 12,1c.,p.113)