ORACION / SU PODER
El cardenal Hayes de Nueva York, contó el siguiente hecho al padre Heredias:
A Mr. Thomson, agnóstico, que se había opuesto al bautismo de sus hijos, se le murió una hijita. Más adelante, habiéndose hecho católico, nos contó su pesar:
– Ore usted por ella -le dijimos-.
– ¿De qué puede servirle mi oración, si no tiene remedio?
– Para Dios no hay pasado ni futuro.
– ¿Se salvará mi hijita?
– Dios viendo su oración puede haberla tomado en cuenta antes de que Usd. la haya hecho.
Un día vino demudado por el gozo:
– Mi hijita se ha salvado. Betsy llegó ayer y fue a verme.
– ¿Quién es Betsy?
– Una antigua criada irlandesa. Le conté mi aflicción por haber muerto Myrthle sin haber sido bautizada, y ella me dijo: «Sin que Ud. lo supiera, yo la llevé a bautizar a la parroquia»