ORACION / CONSTANCIA
La verdadera prueba del hombre no es el gusto de la oración, sino la paciencia de la tribulación, la abnegación de sí mismo y el cumplimiento de la divina voluntad, aunque para todo esto aprovecha grandemente así la oración como los gustos y consolaciones que en ellas se dan (San Pedro de Alcántara, Trat. de la oración y meditación, II, 5).
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