ORACION
Cuando Vindhirst era consejero municipal de Hannover fue a verle una mujer y le pidió poder divorciarse de su esposo porque no podía convivir con él, pues llegaba a casa completamente borracho y armaba gran alboroto. Él le preguntó:
— Y usted, señora, ¿Qué hace en estos casos?
— Naturalmente yo tampoco callo.
— ¡Ah!, entonces parece que falta un mueble en su casa.
— ¿Qué mueble?
— Un reclinatorio. Compre usted un reclinatorio y cuando su esposo llegue a casa borracho, hable usted con Dios más bien que con su marido.
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