Lecturas de hoy Miércoles de la 29ª semana del Tiempo Ordinario
Primera lectura
Que el pecado no siga dominando vuestro cuerpo mortal, ni seáis súbditos de los deseos del cuerpo. No pongáis vuestros miembros al servicio del pecado, como instrumentos para la injusticia; ofreceos a Dios como hombres que de la muerte han vuelto a la vida, y poned a su servicio vuestros miembros, como instrumentos para la justicia. Porque el pecado no os dominará: ya no estáis bajo la Ley, sino bajo la gracia. Pues, ¿qué? ¿Pecaremos porque no estamos bajo la Ley, sino bajo la gracia? ¡De ningún modo! ¿No sabéis que, al ofreceros a alguno como esclavos para obedecerle, os hacéis esclavos de aquel a quien obedecéis: bien del pecado, para la muerte, bien de la obediencia, para la justicia? Pero, gracias a Dios, vosotros, que erais esclavos del pecado, habéis obedecido de corazón a aquel modelo de doctrina al que fuisteis entregados y, liberados del pecado, os habéis hecho esclavos de la justicia.
Palabra de Dios
Salmo
R/. Nuestro auxilio es el nombre del Señor
Si el Señor no hubiera estado de nuestra parte
–que lo diga Israel–,
si el Señor no hubiera estado de nuestra parte,
cuando nos asaltaban los hombres,
nos habrían tragado vivos:
tanto ardía su ira contra nosotros. R/.
Nos habrían arrollado las aguas,
llegándonos el torrente hasta el cuello;
nos habrían llegado hasta el cuello las aguas espumantes.
Bendito el Señor, que no nos entregó en presa a sus dientes. R/.
Hemos salvado la vida,
como un pájaro de la trampa del cazador;
la trampa se rompió, y escapamos.
Nuestro auxilio es el nombre del Señor,
que hizo el cielo y la tierra. R/.
Oración preparatoria (para ponerme en presencia de Dios)
Gracias, Dios mío, por la vida, por tu cuidado, por tu mirada que me da confianza. Quiero, como las aves, meterme entre tus alas y estar seguro ahí. Si hay muchas cosas que podrían entristecer al hombre, también es cierto que hay muchas cosas que le dan paz y alegría. El motivo principal es que Dios existe y que ese Dios es Padre. Es fácil decir que no existe Dios y que no me ama. Pero es muy difícil sostener dichas afirmaciones. Basta una mirada a mi vida para darme cuenta de la pequeñez del hombre que, si no estuviese cuidado por ese Dios, ya no sería nada. Pues por ese amor tan especial quiero darte las gracias, Padre bueno.
Evangelio del día (para orientar tu meditación)
Del santo Evangelio según san Lucas 12,39-48
En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: “Comprended que si supiera el dueño de casa a qué hora viene el ladrón, no le dejaría abrir un boquete. Lo mismo vosotros, estad preparados, porque a la hora que menos penséis viene el Hijo del hombre.” Pedro le preguntó: “Señor, ¿has dicho esa parábola por nosotros o por todos?” El Señor le respondió: “¿Quién es el administrador fiel y solícito a quien el amo ha puesto al frente de su servidumbre para que les reparta la ración a sus horas? Dichoso el criado a quien su amo, al llegar, lo encuentre portándose así. Os aseguro que lo pondrá al frente de todos sus bienes. Pero si el empleado piensa: “Mi amo tarda al llegar”, y empieza a pegarles a los mozos y a las muchachas, a comer y deber y emborracharse, llegará el amo de ese criado el día y la hora que menos lo espera y lo despedirá, condenándolo a la pena de los que no son fieles. El criado que sabe lo que su amo quiere y no está dispuesto a ponerlo por obra recibirá muchos azotes; el que no lo sabe, pero hace algo digno de castigo, recibirá pocos. Al que mucho se le dio, mucho se le exigirá; al que mucho se le confió, más se le exigirá”.
Palabra del Señor.
Medita lo que Dios te dice en el Evangelio.
“Señor, ¿has dicho esa parábola por nosotros o por todos?” Jesús advierte de la hora inminente. Nos pide estar preparados para el momento de la muerte, para el día del juicio. Pedro, al escuchar este discurso comienza a ponerse nervioso y hace esa pregunta. ¿Cuál es la respuesta de Jesús? Una parábola. No es del todo fácil comprender cuál es el sentido de la parábola que viene como respuesta a la pregunta de Simón. ¿Qué nos quiere decir Jesús?
Tal vez nos pide atención. Tal vez Pedro se sentía distinto a los demás y quería algún privilegio en el momento final. Es entonces cuando Jesús le hace ver su posición. Sí, Pedro es diverso y tiene una vocación distinta. Ha sido llamado y mirado por el Maestro. Pero no ha sido llamado a maltratar o explotar a sus hermanos. Todo regalo que se recibe de Dios es para darlo. Nos ha puesto en una situación privilegiada para servir. La lógica de Jesús va en sentido opuesto de la lógica del mundo. Jesús llama a servir y a vivir la caridad a los que más ama.
¿Cuál será la pregunta del juicio final? El amor. La corona de la victoria está en haber servido y en haber dado la vida. ¿Cuál es el culmen de la vida de una madre? El haber dado la vida por sus hijos, ¡Cuántos desvelos, cuántos cansancios! Pero he ahí el criterio para valorar la bondad de una madre. De modo semejante se juzgará al cristiano. A más entrega, mayor será el premio. Es entonces cuando se entiende la paradoja del cristianismo. Para ganar la vida hay que perderla, para ser el primero hay que ser el último.
Sí, Pedro, te hablaba a ti, pero le hablaba a cada cristiano que quiere ser amigo de Jesús. Tú lo entendiste bien y llegaste al cielo. Ayúdame, Pedro, a servir, a vivir la caridad hasta el punto de dar la vida por mis hermanos. Quiero comprender que la vida se posee a medida en que se pierde.
«En la primera escena, el administrador sigue fielmente sus deberes y recibe su recompensa. En la segunda escena, el administrador abusa de su autoridad y golpea a los siervos, por lo que, al regreso imprevisto del señor, será castigado. Esta escena describe una situación frecuente también en nuestros días: tantas injusticias, violencias y maldades cotidianas nacen de la idea de comportarnos como dueños de la vida de los demás. Tenemos un solo dueño al cual no le gusta hacerse llamar “dueño” sino “Padre”. Todos nosotros somos siervos, pecadores e hijos: Él es el único Padre».
(Homilía de S.S. Francisco, 7 de agosto de 2016).
Diálogo con Cristo
Ésta es la parte más importante de tu oración, disponte a platicar con mucho amor con Aquel que te ama.
Propósito
Proponte uno personal. El que más amor implique en respuesta al Amado… o, si crees que es lo que Dios te pide, vive lo que se te sugiere a continuación.
Esta semana voy a vivirla con una actitud de especial servicio. Quiero vivir mi vida de cristiano, amando y sirviendo a los demás.