Lecturas de hoy Miércoles de la 12ª semana del Tiempo Ordinario
Primera lectura
En aquellos días, Abrán recibió en una visión la palabra del Señor: «No temas, Abrán, yo soy tu escudo, y tu paga será abundante.»
Abrán contestó: «Señor, ¿de qué me sirven tus dones, si soy estéril, y Eliezer de Damasco será el amo de mi casa?»
Y añadió: «No me has dado hijos, y un criado de casa me heredará.»
La palabra del Señor le respondió: «No te heredará ése, sino uno salido de tus entrañas.»
Y el Señor lo sacó afuera y le dijo: «Mira al cielo; cuenta las estrellas, si puedes.»
Y añadió: «Así será tu descendencia.» Abran creyó al Señor, y se le contó en su haber.
El Señor le dijo: «Yo soy el Señor, que te sacó de Ur de los Caldeos, para darte en posesión esta tierra.»
Él replicó: «Señor Dios, ¿cómo sabré que yo voy a poseerla?»
Respondió el Señor: «Tráeme una ternera de tres años, una cabra de tres años, un carnero de tres años, una tórtola y un pichón.»
Abrán los trajo y los cortó por el medio, colocando cada mitad frente a la otra, pero no descuartizó las aves. Los buitres bajaban a los cadáveres, y Abrán los espantaba. Cuando iba a ponerse el sol, un sueño profundo invadió a Abrán, y un terror intenso y oscuro cayó sobre él. El sol se puso, y vino la oscuridad; una humareda de horno y una antorcha ardiendo pasaban entre los miembros descuartizados.
Aquel día el Señor hizo alianza con Abrán en estos términos: «A tus descendientes les daré esta tierra, desde el río de Egipto al Gran Río Eufrates.»
Palabra de Dios
Salmo
R/. El Señor se acuerda de su alianza eternamente
Dad gracias al Señor, invocad su nombre,
dad a conocer sus hazañas a los pueblos.
Cantadle al son de instrumentos,
hablad de sus maravillas. R/.
Gloriaos de su nombre santo,
que se alegren los que buscan al Señor.
Recurrid al Señor y a su poder,
buscad continuamente su rostro. R/.
¡Estirpe de Abrahán, su siervo;
hijos de Jacob, su elegido!
El Señor es nuestro Dios,
él gobierna toda la tierra. R/.
Se acuerda de su alianza eternamente,
de la palabra dada, por mil generaciones;
de la alianza sellada con Abrahán,
del juramento hecho a Isaac. R/.
Oración preparatoria (para ponerme en presencia de Dios)
Toma, Señor, mi libertad, mi memoria, entendimiento y voluntad. Cuanto tengo y poseo, tómalos, son tuyos; Tú me los diste, a ti los devuelvo. Dame tu amor y gracia, eso me basta.
Evangelio del día (para orientar tu meditación)
Del santo Evangelio según san Mateo 7, 15-20
En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: “Cuidado con los falsos profetas. Se acercan a ustedes disfrazados de ovejas, pero por dentro son lobos rapaces. Por sus frutos los conocerán. ¿Acaso se recogen uvas de los espinos o higos de los cardos?
Todo árbol bueno da frutos buenos y el árbol malo da frutos malos. Un árbol bueno no puede producir frutos malos y un árbol malo no puede producir frutos buenos. Todo árbol que no produce frutos buenos es cortado y arrojado al fuego. Así que por sus frutos los conocerán”.
Palabra del Señor.
Medita lo que Dios te dice en el Evangelio
¿Quiénes son los falsos profetas? Son quienes hablan como el Señor, pero no son Él; son quienes buscan sembrar confusión en nuestros pensamientos, en nuestros deseos, para alejar nuestro corazón del Señor; pero, está escrito, ‘si escuchan hoy la voz del Señor, no endurezcan sus corazones’, y en otro lado está escrito, ‘mis ovejas escuchas mi voz… y me siguen’.
Los falsos profetas son también falsos pastores, su único interés es vaciarnos de la Palabra del Señor. ¿Qué hacen los falsos profetas? Hablan mentiras, transmiten palabras de engaño distorsionando nuestra percepción de la realidad; nos confunden para perdernos. Nosotros creemos en la Palabra verdadera, en la Palabra de Verdad, ‘porque tú palabra, Señor, es luz para mis pasos… ¿cómo podrá un joven mantener pura su vida? Meditando tus palabras’. Ahora bien, ¿qué podemos decir acerca de los frutos? ¿Cuáles son los frutos del ser humano? Nuestros frutos son nuestros pensamientos, palabras, obras y omisiones, ‘pues no es lo de fuera lo que contamina al hombre, sino lo de dentro. Es del corazón de donde proceden toda clase de deseos impuros, envidias, rivalidades, etc…’ Cuidemos el corazón, alimentémoslo con aquel manjar del cielo, con la Palabra de vida. Comencemos a leer las Sagradas Escrituras para luego permitir que la Palabra nos lea.
«Los mandamientos de Dios son lo concreto: es este el ‘criterio’ del cristianismo, no las bellas palabras. Los santos, son los locos de lo concreto, que nos ayudan a caminar por este camino y a discernir las cosas concretas que el Señor quiere, no las fantasías e ilusiones de los falsos profetas, Todo lo que pedimos, lo recibimos de Dios, para que observemos sus mandamientos y hagamos lo que le agrada. El acceso a Dios es, por tanto, abierto, y la llave es precisamente la sugerida por el apóstol: creer en el nombre de su Hijo Jesucristo y amarse los unos a los otros: sólo así podemos pedir lo que queremos, con valentía, con descaro.»
(Homilía de S.S. Francisco, 7 de enero de 2019, en santa Marta).
Diálogo con Cristo
Ésta es la parte más importante de tu oración, disponte a platicar con mucho amor con Aquel que te ama.
Señor, no soy digno de que entres en mi casa, pero una palabra tuya bastará para sanarme.
Propósito
Proponte uno personal. El que más amor implique en respuesta al Amado… o, si crees que es lo que Dios te pide, vive lo que se te sugiere a continuación.
¿Conozco las Escrituras? ¿Qué estoy haciendo o qué puedo comenzar a hacer?