GOTAS DE ESPERANZA
Cada alma es como una viña en cuya salvación y santificación quiere el Señor que trabajemos con afán. U no de los métodos más dañinos con que el demonio pierde a los hombres es el de procurar que retrasen el trabajo de su salvación.
Dicen que una vez Satanás reunió en asamblea a todos los demonios con el fin de discutir los medios más aptos para ganarse a los hombres. Se levantó un demonio y propuso:
— Creo que lo mejor será decir a los hombres que no existe Dios.
Un murmullo de protestas corrió por toda la asamblea.
— Aunque les digamos que no hay Dios —explicó Satanás—, es tan evidente que lo hay, que no nos creerían.
— Digámosles —exclamó otro— que no existe el infierno.
Satanás volvió a explicar:
— Aunque llegásemos a persuadirlos de que no hay infierno, siempre seguirían creyendo en el cielo.
Puesto en pie un tercero, dijo con solemnidad:
— Bien, se ha insinuado lo difícil, que es quitar a los hombres ideas tan claras como son las de Dios, cielo, infierno, alma; dejémoslos, pues, con ellas, pero persuadámoslos con todo empeño de que la vida es muy larga, de que tienen mucho tiempo y de que no hay prisa para preocuparse del problema de salvar y santificar su alma.
Un aplauso cerrado acogió esta propuesta. Muchos demonios vinieron inmediatamente a la tierra con esta propaganda y el éxito fue extraordinario.