GOTAS DE ESPERANZA
Nos lo cuenta el gran poeta de Cataluña, Juan Maragall.
Volvía de Francia, y en el mismo departamento de un coche de primera viajaban con él tres caballeros franceses.
Los frenos del tren apretaron fuertemente las ruedas… estaban en la estación. En aquel momento un empleado del ferrocarril, con voz lenta y sonora, cantaba: «Irún… y en aquel mismo instante estallaba en el andén una asquerosa blasfemia.
Uno de los caballeros franceses se volvió a sus compatriotas y, con sonrisa burlona, les dijo: «Una blasfemia… Estamos en España.» Y dice Maragall, que era un gran patriota: «Entonces sentí vergüenza de ser español.»
Esperanza, desesperación y presunción
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