GOTAS DE ESPERANZA
San Jerónimo plantó cara una vez a un blasfemo. El santo hizo notar a aquel impío la gravedad del pecado, pero no obtuvo de él más que protestas, insultos y amenazas,
Entonces dijo el santo:
— Los perros salen en defensa de sus amos; ¿y debo yo permanecer mudo cuando se maltrata el nombre de Dios? ¡Moriré, pero no callaré!
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