GOTAS DE ESPERANZA
La blasfemia es un pecado gravísimo que sólo la ignorancia puede excusar. En el Levítico se nos narra cómo en el pueblo de Israel se castigaba al reo de blasfemia:
Un hombre de padre egipcio riñó en el campo con un israelita y maldijo el nombre de Yahvé. Fue encarcelado hasta que Moisés, de parte de Yahvé, pronunciase lo que había de hacerse. Y Yahvé mandó sacar del campamento al blasfemo y que toda la asamblea lo lapidase.
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