GOTAS DE ESPERANZA
Un labrador de Albujón (Murcia), furioso por un gran temporal que le había destruido la cosecha, empezó a blasfemar coma un energúmeno y, no contento ya con las palabras, pasó a las obras. Tomó su carabina, la cargó y empezó luego a descargada contra el cielo.
Había disparado algunos tiros cuando, repentinamente, quedó mudo, con los brazos alzados a lo alto, sin poderlos bajar, y los ojos fijos en el cielo, sin poderlos mover.
Los esfuerzos de los médicos para volver aquellos ojos y brazos a su estado natural y curale la mudez no obtuvieron resultado alguno.
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