GOTAS DE ESPERANZA
Durante la persecución diocesana, el cristiano Táraco hubo de comparecer ante el tribunal del gobernador Máximo, en Tarso.
Táraco no quiso sacrificar a los falsos dioses, y confesó con valor al Dios verdadero y a su hijo Jesucristo. Máximo le dijo:
— Déjate de toda esa charlatanería y acércate a sacrificar a los dioses.
Mas Táraco repuso:
— Yo no soy ningún charlatán, sino que diga la verdad. Sesenta años tengo, y así he vivido siempre, sin apostatar jamás de la verdad.
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