GOTAS DE ESPERANZA
Aristóteles (otros dicen Pitágoras), por su vasta doctrina y gran autoridad, era tenido en tal veneración, que bastaba que pronunciase una sentencia o una palabra para admitida como oráculo indiscutible; de donde viene el proverbio: Ipse dixit: «Lo dijo él.»
Mucho más debemos creer a Dios, que no se engaña ni puede engañar.
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