GOATAS DE ESPERANZA
Quebró en Poitiers un banquero. Al punto se le presentaron tres de sus muchos acreedores.Uno le exigió 30 000 francos, otro 75 000, otro solamente 20 000.
— ¿Es posible que sólo me pida usted 20 000 francos —le preguntó asombrado—, siendo así que le adeudo más de 100 000?
— Los restantes los saqué ya de su establecimiento hace dos semanas.
— ¿Se enteró usted de mis dificultades económicas?
— ¡Claro! ¡Como que de ello se ocupó «La verité de l’Ouest»!
— Entonces ¿cómo se explica que mis doscientos acreedores desconociesen mi precaria situación?
— No supieron leer entre líneas. El periódico, como usted sabe, refería que en el entierro de cierto librepensador usted mismo había pronunciado un discurso en elogio del ateísmo y el materialismo, y yo me dije: «Si ese hombre no cree en Dios, no puede creer en su honor.»