Fe y racionalismo / La Santisima Trinidad
En Civita Vechia paseaba San Agustín a orillas del mar, pensando en el Misterio de la Santísima Trinidad, cuando vio un niño que, afanoso, llevaba agua del mar con una concha y la echaba en un hoyito.
– “¿Qué haces niño?”- le dijo el santo.
– “Estoy agotando el mar”. contestó el niño.
– “¿Y dónde lo vas a meter?”
– “En este hoyito”
– “¿Cómo va a caber un mar tan grande en un hoyo tan choco?”
– “¿Y piensas tú que el Dios infinito, uno y trino, quepa en tu cabeza?” Y al punto el niño desapareció.
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