ENCONTRAR A MARIA
CAPITULO II
«EL CONSUELO DE LA VIRGEN MARIA»
EL HIJO: Ahora, Señora Mía, te ruego que hables un poco conmigo. Abre tus labios en nombre de tu Hijo, que te ha colmado de toda gracia espiritual.
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EL HIJO: Ahora, Señora Mía, te ruego que hables un poco conmigo. Abre tus labios en nombre de tu Hijo, que te ha colmado de toda gracia espiritual.