CONOCER A MARIA
«MUJER AQUI TIENES A TU HIJO»
Si llora, no te alejes; si sufre, haz una obra de misericordia. Finalmente prepárate para las exequias de Jesús que se está muriendo; acompaña a la Madre al lugar de la sepultura, llévala de vuelta a la ciudad, a casa y consuela a la consoladora de todos los afligidos. Se tú su angelical servidor, e incluso en esta función podrás ofrecer alivio a quien ostenta mayor dignidad que la tuya. De hecho, Cristo fue confortado por un ángel en su agonía. Aunque no tuviese necesidad, quiso ser visitado por un subalterno y no rehusó ser consolado por él.
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