CONOCER A MARIA
MARIA DURANTE LA INFANCIA DE JESUS
Te bendigo y te agradezco, Señor Jesucristo, autor de la pureza, por tu humilde presentación en el Templo de Dios donde, con víctimas y ofrendas, como uno de los hijos de Adán, fuiste presentado por tus padres y fuiste rescatado mediante cinco monedas, igual que un pobre esclavo que se compra en el mercado. Te bendigo, Santísimo Redentor del mundo, por tu humilde obediencia a la ley de Dios. Aunque estabas sin deuda de pecado, para darnos ejemplo de profunda sumisión quisiste sujetarte a las prescripciones legales.
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