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Sembrando Esperanza

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CARIDAD TEOLOGAL

HACE A DIOS HABITAR EN EL ALMA

Juan  14, l 5 Si me aman, guardarán mis mandamientos;  l6 y yo rogaré al  Padre y  les dará otro Paráclito, para que esté con ustedes para siempre,  17  El  Espíritu de  la verdad, a quien el mundo no puede recibir,  porque  no  lo  ve  ni  lo conoce.  Pero ustedes lo conocen, porque mora con ustedes y en ustedes está.  18 No los dejaré huérfanos:  volveré a ustedes.  19 Dentro de  poco  el  mundo  ya  no  me  verá,  pero ustedes sí me verán, porque yo vivo y también ustedes vivirán. 20 Aquel día comprenderán que yo estoy en mi Padre y ustedes en mí y yo en ustedes. 21 El que ha recibido mis mandamientos y los guarda, ése es el que me ama; y el que me ame, será amado de mi Padre; y yo lo amaré y manifestaré a él». 22 Le dice Judas no

el lscariote: Señor, ¿qué pasa para que te vayas a manifestar a nosotros y no al mundo? 23 Jesús le respondió: «Si alguno me ama, guardará mi palabra, y mi Padre lo  amará,  y  vendremos  a  Él,  y  haremos morada en Él. .. »

Juan   15,1   Yo  soy  la  vid  verdadera,  y  mi

Padre el viñador. 2 Todo sarmiento que en mí no da fruto, lo corta, y todo el que da fruto, lo limpia para que dé más fruto. 3  Ustedes  están  ya  limpios  gracias  a la Palabra que les  he anunciado,  4  Permanezcan  en  mí,  como  yo en  ustedes.  Lo mismo que el sarmiento no puede dar fruto por sí mismo, si no permanece en la vid; así tampoco ustedes si no permanecen en mí. 5 Yo soy la vid; ustedes los sarmientos. El que permanece en mí como yo en él, ése da mucho fruto; porque separados  de mi  no pueden  hacer nada. 6 Si alguno no permanece en mí, es arrojado fuera, como el sarmiento, y se seca; luego los recogen,  los echan  al  fuego  y arden. 7 Si permanecen en mí, y mis palabras permanecen en  ustedes,  pidan lo  que  quieran  y  lo  conseguirán.  8  La gloria de mi Padre está en que den mu- cho fruto, y así serán mis discípulos.

Efesios 3, 17 … que Cristo habite por la fe en sus corazones, para que arraigados y cimentados en el amor. ..

I  Juan 4, 12 A Dios nadie lo ha visto nunca. Si nos amamos unos a otros, Dios permanece en nosotros y su amor ha llegado en nosotros a su plenitud.

 

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