GOTAS DE ESPERANZA
Al amanecer de un día de enero de 1717 terminaba una fiesta dada en los palacios de Luis XV y a la que concurría toda la nobleza francesa.
En la calle nevaba, y el frío era irresistible. En riquísima carroza amaranto, en la que se empleaban grandes faroles argentados, salían el duque de Orleáns y el príncipe de Soubise. La escasa luz de la aurora alumbraba las policromas vestiduras de los próceres.
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