PERSEVERANCIA
Quejase un joven al abad Teodosio de que, después de ocho años de lucha, no había logrado refrenar sus pasiones. «¿Ocho años de lucha? -contestóle el abad- Sesenta llevo ya luchando contra ellas en el desierto, y no he tenido todavía un día libre de sus asaltos».
Grandes luchadores son los santos: su entereza indomable, impulsada por la gracia de Dios, se sobrepone a las pasiones, pero aun en ellos es la naturaleza recalcitrante.
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