Lecturas del Miércoles 11 Agosto 2021 de la 19ª semana del Tiempo Ordinario
Primera lectura
En aquellos días, Moisés subió de la estepa de Moab al monte Nebo, a la cima del Fasga, que mira a Jericó; y el Señor le mostró toda la tierra: Galaad hasta Dan, el territorio de Neftall, de Efraín y de Manasés, el de Judá hasta el mar occidental, el Negueb y la comarca del valle de Jericó, la ciudad de las palmeras, hasta Soar; y le dijo: «Ésta es la tierra que prometí a Abrahán, a Isaac y a Jacob, diciéndoles: «Se la daré a tu descendencia.» Te la he hecho ver con tus propios ojos, pero no entrarás en ella.»
Y allí murió Moisés, siervo del Señor, en Moab, como había dicho el Señor. Lo enterraron en el valle de Moab, frente a Bet Fegor; y hasta el dia de hoy nadie ha conocido el lugar de su tumba. Moisés murió a la edad de ciento veinte años; no había perdido vista ni había decaído su vigor. Los israelitas lloraron a Moisés en la estepa de Moab treinta días, hasta que terminó el tiempo del duelo por Moisés. Josué, hijo de Nun, estaba lleno del espíritu de sabiduría, porque Moisés le había impuesto las manos; los israelitas le obedecieron e hicieron lo que el Señor había mandado a Moisés. Pero ya no surgió en Israel otro profeta como Moisés, con quien el Señor trataba cara a cara; ni semejante a él en los signos y prodigios que el Señor le envió a hacer en Egipto contra el Faraón, su corte y su país; ni en la mano poderosa, en los terribles portentos que obró Moisés en presencia de todo Israel.
Palabra de Dios
Salmo
R/. Bendito sea Dios,
que me ha devuelto la vida
Aclamad al Señor, tierra entera;
tocad en honor de su nombre,
cantad himnos a su gloria.
Decid a Dios: «¡Qué temibles son tus obras!» R/.
Venid a ver las obras de Dios,
sus temibles proezas en favor de los hombres.
Bendecid, pueblos, a nuestro Dios,
haced resonar sus alabanzas. R/.
Fieles de Dios, venid a escuchar,
os contaré lo que ha hecho conmigo:
a él gritó mi boca
y lo ensalzó mi lengua. R/.
Oración preparatoria (para ponerme en presencia de Dios)
Señor, quiero sentirme parte de tu familia cristiana, que pueda cuidar a mis hermanos como Tú nos cuidas, con desinterés de lo que yo pueda sacar. Te pido que aumentes mi fe para que mi oración se convierta en un instrumento de tu amor y que pueda hacer presente tu reino con ella.
Evangelio del día (para orientar tu meditación)
Del santo Evangelio según san Mateo 18, 15-20
En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: «Si tu hermano comete un pecado, ve y amonéstalo a solas. Si te escucha, habrás salvado a tu hermano. Si no te hace caso, hazte acompañar de una o dos personas, para que todo lo que se diga conste por boca de dos o tres testigos. Pero si ni así te hace caso, díselo a la comunidad; y si ni a la comunidad le hace caso, apártate de él como de un pagano o un publicano.
Yo les aseguro que todo lo que aten en la tierra, quedará atado en el cielo, y todo lo que desaten en la tierra, quedará desatado en el cielo.
Yo les aseguro también que si dos de ustedes se ponen de acuerdo para pedir algo, sea lo que fuere, mi Padre celestial se lo concederá; pues donde dos o tres se reúnen en mi nombre, ahí estoy yo en medio de ellos».
Palabra del Señor.
Medita lo que Dios te dice en el Evangelio
La corrección fraterna es uno de los elementos de la vida cristiana que no solo tiene un significado espiritual sino también social. Jesús nos da este consejo evangélico porque, a la raíz de todo, somos hermanos en Dios y esto nos empuja a cuidar el uno del otro. Cristo nos vino a comunicar este mensaje maravilloso de que todos tenemos una cierta responsabilidad en la vida de los demás. Nada queda aislado y en especial el pecado repercute en la vida de la persona, su grupo más cercano y toda la comunidad cristiana. San Pablo usa la imagen del cuerpo cuando habla de la iglesia y de como si un miembro está mal todo el conjunto está mal. A veces es necesaria la amputación del miembro para que el todo pueda seguir viviendo y mantenerse sano en la medida de lo posible, pero es un proceso porque hablamos de personas y por este hecho siempre hay que tratarlas con dignidad. Es un proceso que implica la corrección fraterna.
Toda corrección que le hacemos a un hermano es porque lo queremos; una madre regaña a su hijo porque lo ama y quiere lo mejor para él. Dios no quiere que se pierda ninguna de sus ovejas, pero aquí entra el misterio de nuestra libertad. Dios no nos puede imponer nada, aunque sea todopoderoso y lo conozca todo. Cada uno de nosotros decide qué camino seguir y a quién seguir. Claramente nos podemos equivocar y caer en el error solos; y para solucionar esto Dios nos pone a personas en la vida para que nos ayuden. De todas formas, hay que saber escoger porque como dice el dicho «dime con quién andas y te diré quién eres»; las personas de las que nos rodeamos nos ayudan o no, por esto todas nuestras opciones y decisiones deben estar acompañadas de un discernimiento en Dios. ¿Qué me dices Tú de esto, Señor?
«Para corregir al hermano que se ha equivocado, Jesús sugiere una pedagogía de recuperación. Y siempre la pedagogía de Jesús es pedagogía de la recuperación; Él siempre busca recuperar, salvar. Y esta pedagogía de la recuperación está articulada en tres pasajes. Primero dice: “Ve y corrígele, a solas tú con él”, es decir, no pongas su pecado delante de todos. Se trata de ir al hermano con discreción, no para juzgarlo, sino para ayudarlo a darse cuenta de lo que ha hecho. Cuántas veces hemos tenido esta experiencia: viene alguien y nos dice: “Oye, en esto te has equivocado. Deberías cambiar un poco en esto”. Tal vez al inicio nos da rabia, pero después se lo agradecemos porque es un gesto de fraternidad, de comunión, de ayuda, de recuperación.»
(Angelus de S.S. Francisco, 6 de septiembre de 2020).
Diálogo con Cristo
Ésta es la parte más importante de tu oración, disponte a platicar con mucho amor con Aquel que te ama.
Propósito
Proponte uno personal. El que más amor implique en respuesta al Amado… o, si crees que es lo que Dios te pide, vive lo que se te sugiere a continuación.
Armarme de valor y corregir a un amigo que no esté en el camino del Señor.