Lecturas del Miércoles de la 10ª semana del Tiempo Ordinario
Primera lectura
Esta confianza con Dios la tenemos por Cristo. No es que por nosotros mismos estemos capacitados para apuntarnos algo, como realización nuestra; nuestra capacidad nos viene de Dios, que nos ha capacitado para ser ministros de una alianza nueva: no de código escrito, sino de espíritu; porque la ley escrita mata, el Espíritu da vida. Aquel ministerio de muerte –letras grabadas en piedra– se inauguró con gloria; tanto que los israelitas no podían fijar la vista en el rostro de Moisés, por el resplandor de su rostro, caduco y todo como era. Pues con cuánta mayor razón el ministerio del Espíritu resplandecerá de gloria. Si el ministerio de la condena se hizo con resplandor, cuánto más resplandecerá el ministerio del perdón. El resplandor aquel ya no es resplandor, eclipsado por esta gloria incomparable. Si lo caduco tuvo su resplandor, figuraos cuál será el de lo permanente.
Palabra de Dios
Salmo
R/. Santo eres, Señor, Dios nuestro
Ensalzad al Señor, Dios nuestro,
postraos ante el estrado de sus pies:
Él es santo. R/.
Moisés y Aarón con sus sacerdotes,
Samuel con los que invocan su nombre,
invocaban al Señor, y él respondía. R/.
Dios les hablaba desde la columna de nube;
oyeron sus mandatos y la ley que les dio. R/.
Señor, Dios nuestro, tú les respondías,
tú eras para ellos un Dios de perdón,
y un Dios vengador de sus maldades. R/.
Ensalzad al Señor, Dios nuestro;
postraos ante su monte santo:
Santo es el Señor, nuestro Dios. R/.
Oración preparatoria (para ponerme en presencia de Dios)
Señor, concédeme la gracia de amarte más cada día porque sin tu amor, no puedo hacer nada. Te pido que me des tu amor para motivarme y moverme para tenerte siempre presente en mi vida.
Evangelio del día (para orientar tu meditación)
Del santo Evangelio según san Mateo 5, 17-19
En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: “No crean que he venido a abolir la ley o a los profetas; no he venido a abolirlos, sino a darles plenitud. Yo les aseguro que antes se acabarán el cielo y la tierra, que deje de cumplirse hasta la más pequeña letra o coma de la ley. Por lo tanto, el que quebrante uno de estos preceptos menores y enseñe eso a los hombres, será el menor en el Reino de los cielos; pero el que los cumpla y los enseñe, será grande en el Reino de los cielos”.
Palabra del Señor.
Medita lo que Dios te dice en el Evangelio
Vivir una vida cristiana sólo de cumplir reglas no le llena a nadie. Hay algo que va más allá, que se encuentra en otro nivel. Podemos ver esta relación de reglas y lo que podemos llamar amor, por ejemplo, en el amor de parejas. No es que se pongan a leer manuales o que sigan unas reglas para encontrar a la mejor pareja, sino que el amor los guía y se mueven por lo que les dicta su corazón.
La vida cristiana también es así. No es un mero cumplimiento de mandatos y reglas ni pensar que lo tengo que hacer porque me lo impone la Iglesia, sino que es una relación de amor. El amor es una fuerza que nos hace ir más allá de un cumplir reglas, el amor nos muestra una dimensión más grande.
Una vida sólo de reglas y mandamientos no es una vida plena, el amor nos hace aprovechar la vida de la mejor manera. Al ser humanos, que cometemos errores, no todo lo que digamos hacer «por amor» será lo correcto, entonces, nos debemos preguntar, ¿cómo saber qué es eso mejor? Para conocer esto como mayor criterio tenemos la clave del amor que busca ser don de sí mismo, si ese amor que pensamos no nos lleva en esta línea o alguien nos obstruye este camino seguramente no será la persona indicada.
La vida no es fácil, este camino de amor tiene sus altos y bajos, vamos aprendiendo caminando. La escuela de la vida nos da lecciones cada día; podemos aprender de las personas que nos salen al encuentro y de los eventos que nos pasan.
«La libertad de Jesús se contrapone con la falta de libertad de los doctores de la ley de aquella época, que estaban paralizados por una interpretación y práctica rigorista de la ley. Jesús no se queda en un cumplimento aparentemente “correcto”, Él lleva la ley a su plenitud y por eso quiere ponernos en esa dirección, en ese estilo de seguimiento que supone ir a lo esencial, renovarse, involucrarse. Son tres actitudes que tenemos que plasmar en nuestra vida de discípulos.»
(Homilía de S.S. Francisco, 9 de septiembre de 2017).
Diálogo con Cristo
Ésta es la parte más importante de tu oración, disponte a platicar con mucho amor con Aquel que te ama.
Propósito
Proponte uno personal. El que más amor implique en respuesta al Amado… o, si crees que es lo que Dios te pide, vive lo que se te sugiere a continuación.
Pedirle a Dios que me dé la gracia de amarlo.