ESPERANZA
Orad, pues al dueño de la mes para que mande obreros a su mies. En el día del jueves santo, día del nacimiento del sacerdocio de cada uno de nosotros, vemos con los ojos de la fe toda la inmensidad de este amor que el misterio pascual te ha impulsado a hacerte obediente hasta la muerte y en esa luz vemos también mejor nuestra dignidad. Sentimos necesidad de decir: Señor, yo no soy digno…
Verdaderamente somos siervos inútiles. Procuramos no obstante ver nuestra indignidad e inutilidad con una sencillez tal que nos haga hombres de gran esperanza. La esperanza no queda confundida, porque el amor de Dios se ha derramado en nuestros corazones por virtud del Espíritu Santo que nos ha sido dado.
Este don es precisamente fruto de tu amor: es el fruto del cenáculo y del Calvario.
Fe, Esperanza, y Caridad deben ser la medida adecuada para nuestra valoraciones e iniciativas. Hoy, en el dia de la Institución de la Eucaristía, te pedimos con la mas profunda humildad y con todo el fervor de que somos capaces que ella sea celebrada en toda la tierra por los ministros llamados a ello para que a ninguna comunidad de discípulos y confesores tuyos falte este sacrificio y alimento espiritual. (Jueves Santo, 82)