ORACION / BELLEZA DEL PADRE NUESTRO
Cuéntese que el emperador pagano Alejandro Severo, naturalmente honesto, tuvo un día la oportunidad de tener entre sus manos un pergamino en el cual una pluma cristiana había escrito el Padrenuestro.
Lo leyó lleno de curiosidad, y tanto le gustó que ordenó a los artífices de la corte fundir una estatua de Jesucristo de oro purísimo para colocarla en su propio oratorio doméstico, entre las otras estatuas de ídolos, ordenando pregonar en la vía pública las palabras de tan bella oración. Una oración tan bella sólo podría venir de Dios mismo.
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