LA TECNICA DE LAS EXCUSAS II PARTE
La Sagrada Escritura hace una viva descripción del perezoso; pasa el día entre dormir, sestear y descansar. (cfr. Prov. 6,10), quiere y no quiere cumplir su obligación (Ibid 13,4) porque todo le parecen dificultades (Ibid 15,19), y así inventa excusas increíbles: Afuera hay un león, y si salgo seré muerto. (Ibidem 22,13). Por eso perderá todos sus bienes (Ibid 20,4) y su campo, su trabajo y su propia alma quedará lleno de ortigas, cubierto de espinas y arruinada la cerca (Ibid 24,31)
Al perezoso se le compara a la boñiga del buey, que todos los que la tocan, sacuden sus manos(Eclo 22,2).
De la pereza se deriva con frecuencia la malicia, el rencor, la pusilanimidad, el desaliento, la torpeza e indolencia en la guarda de los mandamientos y la divagación de la mente hacia las cosas ilícitas.
El Señor hace frecuentes referencias al rigor con que será tratado el perezoso. Todo árbol que no dé buen fruto, será cortado y arrojado al fuego (Mt 7,197). El mismo dio ejemplo de vida de trabajo, que debe ser imitada por los cristianos.
3.Contra este vicio y pecado se aconseja:
- Considerar los trabajos de Cristo, los peligros que lleva consigo, la grandeza del premio eterno; la lectura espiritual, el trabajo y ocupación continua.
- Ayudará mucho persuadirse de que el tiempo es de Dios, que nos lo ha prestado–como los talentos de la parábola–para que lo administremos; cada instante tiene un valor propio irreemplazable.
- Diligencia en el trabajo: «no dejes para mañana lo que puedas hacer hoy»; comenzar las cosas con ganas es tener hecho más de la mitad.
- Un trabajo intenso, que no significa activismo; la precipitación es una manera de perder el tiempo; las cosas se deben hacer con orden, dedicándoles el tiempo que su importancia requiera.
- Luchar desde el primer instante del día. «Véncete cada día desde el primer momento. levantándote en punto, a hora fija, sin conceder ni un minuto a la pereza.
- Alejar los pensamientos inútiles.
- Evitar el ocio, teniendo en cuenta que descansar no es no hacer nada, sino realizar actividades que comporten menos esfuerzo: hacer deporte, cultivar una afición, etc.
La pereza echa a perder el cuerpo de la misma manera como se echa a perder el agua es tancada.
La pereza es como la polilla que carcome y acaba con el hombre. Le mata.
La pereza es el mejor campo abonado para que el demonio siembre todo tipo de tentaciones sabiendo que darán mucho fruto.