ENCONTRAR A MARIA
COMO SALUDAR A LA GLORIOSA VIRGEN
Pero ahora me postro ante ti, impulsado por sincera devoción; y totalmente encendido en veneración hacia tu suave nombre, te repito el gozo de aquel saludo nuevo, jamás oído hasta entonces, cuando el arcángel Gabriel, enviado por Dios, entro en la intimidad de tu morada y, doblando reverente las rodillas, te rindió honor al decirte: «Ave , llena de gracia, el Señor es contigo». Yo deseo, en consonancia con la preciosa costumbre de los fieles y, en todo lo posible, con labios puros, dirigirte este saludo, como también deseo, desde lo profundo del corazón, que lo dirijan del mismo modo todas las creaturas: «Ave María, llena de gracia. El Señor es contigo, Bendita tu eres entre todas las mujeres, y bendito es el fruto de tu vientre Jesucristo. Amén»