
ROGAR Y CANTAR A MARIA
LA NAVIDAD
Todo el mundo esté de fiesta con alegría y corazón puro, sin mancha y sin vicios, porque es el día del Señor, que ha nacido de la Virgen.
En el parto de María, Madre pía,
que el pueblo se alegre y cada cual le rinda
las más sentidas loas.
Disfruta, hombre, en la tierra con alborozo y entusiasmo, dale gracias al Divino Hijo porque por su auxilio
quedas limpio de la culpa. Alabanza a ti, feliz Madre, en cuyo regazo virginal, nacido por obra del Paráclito; sin intervención de varón,
el Supremo Creador del mundo encuentra su descanso.
Los dolores de la Virgen
Bajo la cruz se sienta, en llanto,
la Madre de Dios, mientras acerca a Jesús hacia su casto regazo.
¡Cómo llora al mirar
el rostro de su Hijo dilacerado!
Besa con sus piadosos labios
las rojas llagas de Jesús, estrecha con ambos brazos sus hombros y sus flancos.
Oh María, roja rosa, blanco lirio,
dulce, pía, amorosa, aplaca a tu Hijo.
Feliz, lo diste a luz entre angelicales cantos;
ahora, desprendido de la cruz, lo estrechas con dolidos brazos.
Alma piadosa, compadece a Cristo y a su Madre,
si deseas gozar con ellos en el cielo.
Jesús, Hijo de Dios, apiádate de mí
por las preces de tu devota Madre, sálvame por tu cruz,
llévame contigo al cielo hacia la verdadera luz.
Tú, que al ladrón compungido prometiste el paraíso, perdóname a mí, pecador, redimido por tu sangre.
Hijas de Jerusalén, vengan y vean; conviértanse al Crucificado