
ROGAR Y CANTAR A MARIA
Ahora te saludo, oh Virgen María; te saludo de rodillas y con intensa devoción, agradeciéndote con las manos juntas. Además, para que recibas y escuches mi fervorosa oración, te saludaré una vez más con aquel devoto homenaje: «Ave María, llena de gracia, el Señor es contigo, tú eres bendita entre las mujeres y bendito es el fruto de tu vientre, Amén».
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