GOTAS DE ESPERANZA
El emperador Carlos V debía una crecida suma al rico banquero Fugger. Y cuando, en cierta ocasión, el emperador en persona fue a su acreedor a pedirle una demora, Fugger cogió el pagaré y, con gesto magnánimo, lo arrojó al fuego delante del emperador.
Dios nos manda que perdonemos a todos… ¡Dios!, no un emperador.
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