Lecturas del Santa Teresa de Jesús, virgen y doctora de la Iglesia
Primera Lectura
Lectura del libro del Eclesiástico (15,1-6):
El que teme al Señor obrará así, observando la ley, alcanzará la sabiduría. Ella le saldrá al encuentro como una madre y lo recibirá como la esposa de la juventud; lo alimentará con pan de sensatez y le dará a beber agua de prudencia; apoyado en ella no vacilará y confiado en ella no fracasará; lo ensalzará sobre sus compañeros, para que abra la boca en la asamblea; lo llena de sabiduría e inteligencia, lo cubre con vestidos de gloria; alcanzará gozo y alegría, le dará un nombre perdurable.
Palabra de Dios
Salmo
Sal 88,2-3.6-7.8-9.16-17.18-19
R/. Contaré tu fama a mis hermanos,
en medio de la asamblea te alabaré
Cantaré eternamente las misericordias del Señor,
anunciaré tu fidelidad por todas las edades.
Porque dije: «Tu misericordia es un edificio eterno,
más que el cielo has afianzado tu fidelidad. R/.
El cielo proclama tus maravillas, Señor,
y tu fidelidad, en la asamblea de los ángeles.
¿Quién sobre las nubes se compara a Dios?
¿Quién como el Señor entre los seres divinos? R/.
Dios es temible en el consejo de los ángeles,
es grande y terrible para toda su corte.
Señor de los ejércitos, ¿quién como tú?
El poder y la fidelidad te rodean. R/.
Dichoso el pueblo que sabe aclamarte:
caminará, oh Señor, a la luz de tu rostro;
tu nombre es su gozo cada día,
tu justicia es su orgullo. R/.
Porque tú eres su honor y su fuerza,
y con tu favor realzas nuestro poder.
Porque el Señor es nuestro escudo,
y el Santo de Israel nuestro rey. R/.
Oración preparatoria (para ponerme en presencia de Dios)
Concédeme, Señor, la gracia de conocerme mejor, cada vez más.
Evangelio del día (para orientar tu meditación)
Del santo Evangelio según san Lucas 11, 37-41
En aquel tiempo, un fariseo invitó a Jesús a comer. Jesús fue a la casa del fariseo y se sentó en la mesa. El fariseo se extrañó de que Jesús no hubiera cumplido con la ceremonia de lavarse las manos antes de comer. Pero el Señor le dijo: “Ustedes, los fariseos, limpian el exterior del vaso y del plato; en cambio, el interior de ustedes está lleno de robos y maldad. ¡Insensatos! ¿Acaso el que hizo lo exterior no hizo también lo interior? Den más bien limosna de lo que tienen y todo lo de ustedes quedará limpio”.
Palabra del Señor
Medita lo que Dios te dice en el Evangelio
El Evangelio de hoy te invita a que veas tu vida y te des cuenta cómo estás realmente. El fariseo se sorprendió al ver que Jesús no hacía las abluciones (lavarse-purificarse), sin embargo, Jesús le hace ver que ellos, los fariseos, lavan por fueras las cosas pero por dentro… Y tú, ¿de qué te escandalizas? ¿De algún familiar o amigo(a) que ha faltado en algo, algún sacerdote o religioso(a) que ha sido medio de escándalo por actos delictivos o menos graves?
Ahora pregúntate cuántas veces has fallado en un mismo pecado, debilidad, en tus deberes para con tu familia, amistades e incluso tus deberes cívicos para con tu patria. Si te das cuenta, muchas veces el ser humano actúa como el fariseo que vive de apariencias, pretendiendo ser modelo de perfección. Jesús sabía bien a dónde le invitaban y conocía bien el corazón del fariseo, y aun así aceptó ir y comer en casa de este hombre. Dios no rechaza a nadie; sabiendo cómo es el hombre sale a su encuentro, por eso gustoso va contigo si se lo pides.
Ten por seguro que si le invitas a ser parte de tu vida, poco a poco Él te mostrará aquello en lo que puedes mejorar y,así, sentirte amado por Dios.Piensa que, así como es agradable ingerir alimentos en una vajilla limpia por dentro y por fuera, de igual manera es agradable poder presentarse a los demás limpio tanto por dentro como por fuera.
Que san José y la santísima Virgen María te guíen en el proceso de conocer aquellas zonas de tu corazón que requieren ser purificadas.
«”No dejarse contaminar de este mundo” no quiere decir aislarse y cerrarse a la realidad. No. Tampoco aquí debe ser una actitud exterior sino interior, de sustancia: significa vigilar para que nuestra forma de pensar y de actuar no esté contaminada por la mentalidad mundana, o sea de la vanidad, la avaricia, la soberbia. En realidad, un hombre o una mujer que vive en la vanidad, en la avaricia, en la soberbia y al mismo tiempo cree que se hace ver como religiosa e incluso llega a condenar a los otros, es un hipócrita. Hagamos un examen de conciencia para ver cómo acogemos la Palabra de Dios.».
(Homilía de S.S. Francisco, 2 de septiembre de 2018).
Diálogo con Cristo
Ésta es la parte más importante de tu oración, disponte a platicar con mucho amor con Aquel que te ama.
Propósito
Proponte uno personal. El que más amor implique en respuesta al Amado… o, si crees que es lo que Dios te pide, vive lo que se te sugiere a continuación.
Evitaré hacer juicios contra las personas con quienes me encuentre.