GOTAS DE ESPERANZA
¡Era un muchacho aquel rey de Macedonia, Alejandro! Y muy ambicioso. Un día habló a sus generales:
Mañana caeremos sobre los tebanos; los aniquilaremos. Pero no pararemos ahí: la ambición me empuja.
Lógica pregunta de sus viejos generales: «¿Hacia dónde?»
¿Adónde iremos? contestó, cada vez más convencido Conquistaremos Grecia y Persia, después Egipto, luego Arabia, seguidamente India, y finalmente el mundo entero. Entonces sabrán todos quién es Alejandro.
Terminó de hablar, se vistió de hierro y empezó a distribuir todas las riquezas que tenía entre amigos y generales.
Yo sólo me quedo con la esperanza respondió a una pregunta que le hicieron.
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