GOTAS DE ESPERANZA
El locutor de la C. E. G. hablaba un día al público sobre el cielo.
— Mirad —decía el chistoso preguntón—, lo que más me fastidia es pensar cómo voy a ponerme la camisa sobre las alas.
— No te preocupes, amigo, pues tu dificultad va a ser la de ponerte los pantalones sobre la cola.
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