GOTAS DE ESPERANZA
Hace unos años una revista de Viena hablaba. de una joven americana convertida del protestantismo al catolicismo.
A raíz de su conversión había entrado en un convento dominicano. Poco después murió su padre dejándola doce millones y medio de dólares en herencia, con la única condición de que había de abandonar el claustro.
¿Sabéis qué contestó la muchacha heredera de tan enorme fortuna? Dijo:
«Mi Padre del cielo es infinitamente más rico que mi padre de la tierra, y el día de mañana me puede compensar de todo esto magníficamente.» Y perdió la herencia.
¡Esto sí que es izar el estandarte de Cristo rey en nuestro corazón, dejándolo todo por el que lo es todo!
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