PECAR / QUIEN OFENDE A DIOS SE REBAJA A SÍ MISMO
Buda enseñaba al pueblo que debemos querer a todos. Un necio fue a verlo, y lo insultó. Buda no se alteró. Lo dejó terminar, y luego le preguntó:
– Amigo, dime: si tú quieres darle a alguien un regalo, y aquél no lo recibe ¿quién se queda con ese regalo?
– Pues el regalo se queda conmigo.
– Mira, le explicó Buda, yo no acepto tus insultos; por tanto tus insultos se quedan contigo.
Y agregó:
– El que ofende a Dios, o a sus propios semejantes, es como aquel que escupe hacia el cielo: en realidad se escupe a si mismo.
«El necio se imagina que todos son necios» (Qoh 10,3; Dan 13,59; Lc 19,22).
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