SACRIFICIOS RECOMPENSADOS EN EL CIELO
Sacrificios: valor ante Dios – Dios es un buen pagador, y ni un vaso de agua deja de pagar si se da con misericordia. Tened muy fija esta esperanza siempre que os cueste trabajo practicar la virtud.
¿Recordáis la historia del viejo anacoreta?
Un santo anacoreta tenía lejos de su choza la fuente de la que cogía el agua. Fatigado por la vejez y para no cansarse tanto, determinó hacer la choza más cerca de la fuente.
Un día de los que iba con su cántaro al hombro, vio de pronto que detrás de él caminaba un ángel que, sin decirle palabra, iba contando: uno… dos… tres…
– ¿Qué hacéis?-dijo el viejo.
– Voy contando los pasos que das hacia la fuente, porque a cada uno de ellos corresponde un premio en el cielo.
– ¡Oh Dios! Si es así,- exclamó el viejo-no acercaré mi choza a la fuente; la llevaré más lejos, para que tú, ángel, tengas más pasos que contar y yo más premios que merecer.