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Sembrando Esperanza

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REFLEXION

No basta NO OFENDER a Dios. Hay que pagarle a Dios la renta de la casa, tu estancia en este mundo, pues este mundo es propiedad de Dios. Hay que pagar la existencia que Él te concede.          No basta no cometer el mal. Hay que cumplir todas esas cosas buenas que Dios te pide.

Solamente así le pagas a Dios la renta. (S. Bernardino, S. XIV).

«Arrendará el viñedo a otros trabajadores que paguen puntualmente»(Mt 21,33; 25,14ss; 25,31ss).

 

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