PROVIDENCIA DIVINA
Federico el Grande visitó en Branderburgo una escuela, precisamente durante la clase de Geografía. El emperador preguntó a un muchacho donde estaba situado un pueblecito.
– En Prusia. Le contestó.
– ¿Y donde está Prusia?
– En Alemania.
– Y, ¿Alemania?
– En Europa.
– Y, ¿Europa?
– En el mundo.
– Y, ¿el mundo? – fue la última respuesta del Emperador -.
El muchacho quedó pensativo un momento; después soltó una respuesta:
– ¿El mundo? En las manos de Dios.
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