PREDICACION / MEDITAR
Al hablar haga cuanto esté de su parte para que se le escuche inteligentemente, con gusto y docilidad. Pero no dude de que si logra algo y en la medida en que lo logre, es más por la piedad de sus oraciones que por sus dotes oratorias. Por tanto, orando por aquellos a quienes ha de hablar, sea antes varón de oración que de peroración,y cuando se acerque la hora de hablar, antes de comenzar a proferir palabras, eleve a Dios su alma sedienta para derramar de lo que bebió y exhalar de lo que se llenó. (San Agustín, Sobre la doctrina cristiana,4).
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