GOTAS DE ESPERANZA
Se presentó una vez a un párroco una señorita que deseaba casarse. El párroco, como era su obligación, le preguntó la más importante de la doctrina cristiana, y comenzó par las misterios de la fe:
— Usted, señorita, sabrá cuáles son las personas de la santísima Trinidad.
— ¡Oh, imagínese —contestó ella—; esta es muy fácil… ¡Son tres: san José, la Virgen y el Niño!
El párroco quedó pasmado ante aquella respuesta. ¡He aquí los frutos de la ignorancia del catecismo!
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