CONOCER A MARIA
MARIA MEDIANERA DE LA GRACIA
¡Sagrada e ilustrísima Virgen María, cuán maravilloso y alabado en todo el mundo es tu nombre! Del Oriente al Occidente, en todas las zonas del orbe, él es proclamado a judíos y gentiles, a griegos y romanos, a latinos y germanos junto con el evangelio de Jesucristo tu Hijo, y así mismo es proclamado sin interrupción alguna en todas las iglesias cristianas, en las capillas y en los claustros, en los campos y en las selvas consagradas a Dios, de parte de pequeños y grandes, de sacerdotes y doctores, de los predicadores de todas las órdenes religiosas, que al unísono se complacen en alabarte y darte a conocer. Además, todos los justos desean y gozan inmensamente el poder ensalzarte hasta las estrellas, y exaltar tu santidad y tu belleza por encima de cualquier angélica dignidad. Ellos, aunque canten, recen, mediten y celebren solemnemente tus fiestas, no se cansan nunca, de acuerdo con el dicho de la sabiduría que pro- clama: «Quien se alimenta de mí, tendrá todavía más hambre; y quien me bebe, tendrá todavía más sed».