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Es una triste realidad que las familias actuales estamos tan saturadas de trabajo, la escuela y otras tantas actividades, que ya no tenemos tiempo de platicar, convivir y mucho menos para darnos amor. Es esencial entonces, recomenzar un ambiente nuevo en la afectividad, y así ayudarnos a desarrollar esta capacidad natural de amar. No olvidemos que

Nadie puede expresar el gozo de María; nadie está en condiciones de comprender la abundancia de su dulzura y la grandeza de su consuelo, porque donde más sobreabunda la gracia, más sobreabundan la alegría y el consuelo, y también Dios con mayor frecuencia suele efectuar sus visitas. De lo cual se sigue que siempre más fervorosamente

Un vicario apostólico de Noruega escribía que durante una misión se le presentó un protestante que le preguntó con marcado interés: — Diga, ¿existe todavía el papa? — Ciertamente — contestó monseñor, muy admirado de la pregunta. Y el protestante continuó: — No hay nada más claro. Lutero, fundador de nuestro protestantismo, dijo que él sería la muerte del papa.

Lenhu, después de perder la fe, apenas encuentra palabras para describir la desolación del alma que apostató de Dios. Para tal alma el mundo es como una ciudad muerta, con largas y estrechas calles en las cuales tiene que vagar a tientas. Así escribe: «Desde que he abandonado el sendero de la fe, he perdido toda la

Un oficial cristiano que había combatido contra Mohamed, sultán de los turcos, cuando fue tomada Constantinopla pasó de las banderas de los cristianos a la de los turcos, arrojando la cruz para coger el turbante. Así abandonó el servicio de Dios para servir a Mohamed. ¿Qué esperaba del sultán este renegado? Pues nada menos que desposarse con

Mientras Juliano el Apóstata combatía contra los persas, un cuestor favorito suyo, que atravesaba una campiña solitaria, topó con un convento. Precisamente en aquel instante el cuestor pensaba en el próximo exterminio del cristianismo, que juzgaba seguro, cuando se le puso delante un fraile. «He aquí a un odiado discípulo del Galileo», se dijo para. sí; después,

EL HOMBRE SIN DIOS Salmo  14 (/3) Todo. Salmo 53 (52) Todo. SON REPROBABLES Romanos  1,20 y siguientes. LA INCREDULIDAD MALEA EL CORAZÓN Hebreos 3, 12 ¡ Miren, hermanos!, que no haya en ninguno de ustedes un corazón malea- do por la incredulidad que le haga aposta- tar de Dios  vivo