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Pensamiento del día

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Los que poseen grandes placeres caen en un gran mal, y los antes conquistados los apresan; y cuanto más numerosos y grandes son, tanto más pequeño y siervo de más señores es aquel a quien el vulgo llama feliz (Séneca, De vita beata XIV) El que persigue el placer pospone a él todas las cosas y lo

AVARICIA: 2-De la avaricia, uno de los siete pecados capitales, se derivan otros muchos pecados y daños para el alma. Dice Santo Tomás (2-2, q.118,1.8) que el avaro, perdiendo la sensibilidad para la desgracia del prójimo, se inquieta y busca con codicia la riqueza para sí. Con el fin de lograrla recurre, incluso, a la violencia, al

AVARICIA 1- Dejar que el corazón se aficione al dinero y a los bienes materiales en general es un grave obstáculo al amor a Dios: no se puede servir a Dios y a las riquezas(Mt 6,19-20). El Señor nos habla de otros bienes, que son, en definitiva, los únicos que pueden llenar el corazón humano, siempre insatisfecho:

ENCONTRAR A MARIA Adolezco a si mismo de pobreza en sabiduría y en ciencia espiritual, perola gracia de Dios es suprema maestra y dispensadora de la disciplina celestial. Por consiguiente, ella me basta para instruirme en todos los asuntos necesarios, y me disuade de buscar cualquier cosa fuera de lo imprescindible, y de querer conocer temas mas

Con dinero podemos comprar una cama, pero no el sueño; libros, pero no inteligencia; comida, pero no apetito; adornos, pero no simpatías; una casa, pero no un hogar; medicinas, pero no salud; lujos, pero no alegría; diversiones, pero no felicidad; un crucifijo, pero no un Salvador; una iglesia, pero no el cielo.      

Citas de la Sagrada Escritura: El amor a las riquezas de nada aprovecha: Ecl 2,17,5,9,Elo 14,3./La avaricia causa de muchos males: Prov 1,19; Eclo 10,10; I Sam 25,38; 2 Sam 17,23./Hay que guardarse de ella: Sal 118,36/Especialmente deben evitarla los que gobiernan: Ex  16,19; Prov 28,16; Is 5,23; Ez 22,12-13; Miq 3,11/A1gunos perecieron por cause de la

COMO SALUDAR A LA GLORIOSA VIRGEN  Nada de lo que pida es más precioso que la gracia, ni tengo necesidad de ninguna otra cosa fuera de ella y de la misericordia de Dios. Me basta su gracia y no necesito nada más: sin la gracia, en efecto, ¿Qué resultado tendría cualquier esfuerzo mío?, en cambio, ¿Qué puede