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Pensamiento del día

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"Clementísima Madre de Dios, Virgen María, Reina del cielo, Señora del mundo, alegría de los santos, aliento de los que delinquen, escucha los gemidos de los pecadores arrepentidos; atiende los deseos de los devotos; socorre las necesidades de los enfermos; reanima el corazón de los atribulados; asiste a los agonizantes; protege a tus suplicantes servidores de

Queridos hermanos, por el singular respeto y amor que ustedes le tienen a la Santísima Virgen María, evoquen a menudo en su mente estos temas, e incluso saborearlos con sus labios. En agradecimiento, entonen con fervor himnos y cantos de alegría en sus fiestas y en sus solemnidades. Pero sobre todo descúbranse la cabeza y hagan

En mi modesta opinión y lejos del peligroso sondeo de los misterios divinos, me parece que puedo identificar en estas doce estrellas quizá sin incongruencia las doce prerrogativas con que está adornada María: prerrogativas del cielo, prerrogativas de la carne y prerrogativas del corazón. Si este número tres lo multiplicamos por cuatro, probablemente tendremos las doce

Escuchen también lo que, a propósito de estas doce estrellas, dice Bernardo, el ardoroso amante de la Bienaventurada Virgen, el doctor "melifluo" y el devoto educador de monjes: "Sobre su cabeza una corona de doce .. ¿Quién podrá jamás estimar el valor de estas piedras preciosas? ¿Quién podrá jamás contar las estrellas de que se compone la

MARÍA MEDIANERA DE LA GRACIA   Oigan lo que afirma cierto escritor sobre las doce estrellas que adornan la corona de la Bienaventurada Virgen, por la cual María resplandece en el cielo por encima de todos los santos. Estas doce estrellas son las doce características de su espléndida realeza. Respecto de la Iglesia militante, ella posee cuatro características, que

DIOS, MÁS QUE LOS HOLOCAUSTOS, QUfERE QUE LO AMEMOS Oseas 6,6 Porque yo quiero amor, no sacrifi- cio, conocimiento de Dios, más que holo- caustos. (Se refiere Oseas a los sacrificios de animales de la Ley antigua, sin amor, por puro cumplimiento.] Oseas 8,  13  Sacrificios aman:  ¡que sacrifi- quen! Y carne: [que la coman! Yahvé no los