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Historias y anécdotas

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En el estadio sueltan una liebre mecánica y, en seguida, una jauría de galgos. La liebre corre que corre, y los galgos, enloquecidos, van tras ella. Cuando van a cogerla, alguien da más fuerza a la corriente eléctrica y la liebre corre como un huracán. Los galgos, con los ojos inyectados en sangre, la persiguen; no oyen,

Era en el angora e Atenas; no en el lugar donde los senadores deliberaban acerca de la salvación de la patria, sino en aquel otro lugar en que sofistas embaucadores de todos los tiempos, engañaban al pueblo. Uno de ellos había puesto catedra, y a su alrededor se agrupaban, abierta la boca en pasmo de admiración,

Estaba un torero en la capilla de la plaza, y en su momento de nerviosismo por la expectación pierde el dominio de si y se echa a llorar. El capellán le pone la mano en el hombro y le dice: "Pero muchacho, ¿Por que lloras? Padre, quizá esta tarde el toro acabe conmigo, ¿Quién piensa en

Un cazador muy experimentado estaba paseando con un amigo cerca del campamento cuando, de repente vieron un león agachado en un recodo del camino, a pocos metros. El cazador levanto su rifle; rugió el animal y se dispuso a saltar sobre ellos. Pasaron unos segundos que parecieron años: disparó y el león cayó muerto. -¡Creí que no

Hoy todo son quejas, gritos y rebeldías contra el dolor. Es una consecuencia necesaria de la materialización de la vida. Cuan grande es el dolor de espaldas a Dios,lo están probando bien a su costa los hombres. Pero cuando se ve en el dolor, la mano de Dios con que resignación y aun con que alegría

Teodosio el Joven se había alejado de su gente en una cacería y llegó muy fatigado a una cabaña. Era la celda de un anacoreta. El solitario le tomó por un oficial de la corte y le recibió con toda reverencia. Oraron y, luego, se sentaron. El emperador, que recorría con la mirada todos los rincones de la

Cuenta un autor sueco que en una calurosa tarde de verano se entabló una ruidosa discusión entre los habitantes del bosque respecto a este problema aterrador: — ¿Cuál es el sentido de la vida? — Vivir es cantar —gorjeó un ruiseñor, y lanzó sus trinos. — ¿Cómo va a ser cantar? —dijo un topo—. Vivir es luchar continuamente contra

Joaquín Alcaraz era un albañil que, a causa de un accidente, había perdido el uso de todos sus miembros. El pobre hombre pasó más de treinta años en cama. Al no poder utilizar las manos, escribía con la pluma en la boca numerosas cartas, realizando a través de ellas un gran apostolado. Durante la guerra civil española

Un ciego se hizo conducir ante el sepulcro de santo Tomás de Cantorbery y allí, orando con fervor, recobró la vista. Lleno de gozo, pudo contemplar la hermosura de la luz y de la naturaleza. Mas pensó bien pronto que quizá sería mejor, para su felicidad eterna, permanecer ciego en el mundo. Y de nuevo fue a